El coronavirus ha fulminado nuestro día a día tal y como lo conocíamos
El coronavirus ha fulminado nuestro día a día tal y como lo conocíamos. Estar en casa es ahora una obligación, pero ¿imaginas tener que pedir turno a tus compañeros de piso para cocinar? ¿Y tener que reservar una hora en concreto para poner una lavadora? Esto es a lo que están haciendo frente los usuarios de los colivings en España, que se han visto atrapados en estas casas compartidas en medio del estado de alarma y, por responsabilidad social, han decidido no huir a sus casas en masa.
Para Alejandro Fernández-Luengo, fundador de Mi Casa Inn, uno de los principales operadores de este tipo de viviendas, “la situación de alarma obviamente ha tenido un fuerte impacto en los colivings”. “Mientras otros colegios mayores y residencias han decidido cerrar, nosotros hemos mantenido nuestras ocho ubicaciones en funcionamiento, intensificando, eso sí, el departamento de limpieza y los protocolos recomendados, y así mismo manteniendo todos los servicios tanto de mantenimiento, como de atención al cliente para cualquier eventualidad que pudiera surgir”, explica.
Las principales medidas tomadas por los operadores de coliving han sido potenciar especialmente la desinfección continua de las zonas de tránsito común y poner dispensadores de geles y desinfectantes en todas las residencias y zonas de acceso. “Hemos empapelado todo el edificio con circulares de información con las normas y restricciones legales y con las medidas básicas de higiene y consejos para evitar el contacto directo y así frenar la propagación”, explica Alejandro Fernández-Luengo a idealista/news. El empresario, que también es el fundador de la cadena de peluquerías Marco Aldany, destaca que está donando materiales desechables de todas sus empresas para cooperar con el país.
Ante la situación de emergencia sanitaria, Inèdit Barcelona, operador de coliving ubicado en la capital catalana, ha tomado varias medidas para prevenir contagios y asegurar que todos sus inquilinos estén lo menos expuestos posible al coronavirus. Primeramente, se ha suprimido el servicio de limpieza que cada semana acondiciona las zonas comunes de los pisos, y desde la dirección se han dado instrucciones detalladas a sus inquilinos respecto a la limpieza de las viviendas, así como la higiene personal, siguiendo las recomendaciones de la OMS y el Gobierno de España.
¿Cómo se gestionan las zonas comunes?
Las zonas comunes de concentración como gimnasio, biblioteca, coworking, zona de gaming o cine “permanecerán cerradas o con estrictas restricciones. Las zonas necesarias como cocinas o comedores se utilizan por turnos y controlando el aforo, para evitar aglomeraciones”. “Todas nuestras ubicaciones tienen mesas de estudio independiente con lo que el acceso a salas comunes de trabajo y biblioteca también han visto restringido su acceso”, explican desde Mi Casa Inn.
“La lavandería (lavados y secados) se gestiona a través de una aplicación propia y de esa manera los clientes saben cuándo hay disponibilidad y cuando no, y así evitar al máximo posibles contactos con otras personas”, dicen. Los pagos y gestiones administrativas se realizan 100% online, no teniendo por tanto riesgo alguno para estudiantes y empleados nuestros, así como las comunicaciones entre la empresa y los usuarios, utilizando canales como Instagram para continuar teniendo un contacto activo.
Al no haber zonas comunes, los usuarios de los colivings no pueden utilizar las salas de coworking. Según Inédit, “alrededor del 10% de usuarios realizaba ya teletrabajo antes de la orden gubernamental de confinamiento en las viviendas, lo que significa que el 90% de los usuarios están experimentando el home office. Un nuevo escenario que aprovechan para, en los ratos libres, cocinar platos de sus países de origen, aprender y enseñar a sus compañeros idiomas o disfrutar en comunidad de plataformas de entretenimiento como Netflix”, dicen.
“A pesar de las circunstancias, los inquilinos están aprovechando este periodo de aislamiento para relacionarse más si cabe con sus compañeros y compartir muchas experiencias. Además, al estar lejos de sus países de origen, vivir en comunidad les permite sentirse arropados en una situación como ésta, en la que es importante no sentirse solo y apoyarse los unos con los otros”, asegura Laia Comas, consejera delegada de Inèdit Barcelona.
* Publicado originalmente en Idealista News